«EL JUEGO INFANTIL»

Cuando hablamos de juego no encontramos una definición exacta, pues existen muchas definiciones sobre juego, aunque los observadores han podido diferenciar entre conductas lúdicas y no lúdicas simplemente por el comportamiento de los jóvenes.

Es la actividad más completa, global y creativa que existe, pues en el caso de los pequeños adquieren y desarrollan capacidades expresivas orales, gestuales, corporales y plásticas, del mismo modo elaboran su identidad y autonomía; alcanzan mayor grado de socialización, redescubren el mundo social y entienden el mundo físico; y finalmente son capaces de resolver conflictos.

El juego funciona como una tarea de desarrollo proximal, el niño/a hace ensayos de conductas más complejas, de manera espontánea y voluntaria y se enfrenta a tareas y problemas que no están presentes todavía en su vida. Al mismo tiempo sirve de refugio de la continua presión ejercida sobre el niño/a por las exigencias reales de la vida cotidiana. Veamos algunas características del juego como pueden ser:

  • El juego es libre, espontáneo, no condicionado por refuerzos o acontecimientos externos: el juego produce placer por sí mismo, independientemente de metas u objetivos externos, que no se marca.
  • El juego produce placer: carácter gratificador y placentero.
  • La organización especifica de las conductas lúdicas: las conductas serias se diferencian de las conductas de juego por la ausencia de algunos elementos que exhibirá la conducta seria.
  • El predominio de los medios sobre los fines: desconexión con otro fin o meta que no sea la propia acción lúdica.
  • El juego es una actividad que sólo cabe definir desde el propio organismo inmerso en ella: el juego es un modo de interactuar con la realidad que viene determinado por los factores internos de quien juega y no por los de la realidad externa.

El juego forma parte del comportamiento humano y por eso es motivo de estudio e investigación para muchas disciplinas científicas. Comenzaremos por describir los principales tipos de juego siguiendo el orden cronológico de su aparición a lo largo de la vida de los niños.

Los juegos motores y de interacción social, son los primeros juegos que van apareciendo con el progresivo control que el niño/a logra de su propio cuerpo (agarrar, chupar…). Son los llamados juegos motores propios de los dos primeros años de vida y que se ejercitan cada uno de los nuevos comportamientos adquiridos (soltar y recuperar el chupete, abrir y cerrar, subir o bajar escaleras, etc).

A medida que crece aumenta la dificultad y el riesgo de lo que al niño/a le divierte, los primeros objetos por los que se interesa.

En este tipo de juegos, podemos observar que el juego está ocurriendo aquí y ahora, empiezan a representar aquello que no está presente, así como el lenguaje que irá ayudando en la capacidad de representación.

También aparecerán juego de ficción, los objetos se transforman para simbolizar otros, suscitará la aparición de mundos y personajes nuevos creados por medio del lenguaje. Los gestos exagerados con los que se ponen en escena o el tono de voz diferenciado del que el jugador utiliza normalmente, constituyen un mensaje explícito del carácter fingido de la acción o escena.

El juego simbólico reúne dos particularidades interesantes (juego por antonomasia y la relación entre aspectos afectivos y cognitivos del comportamiento). Entre los dos años y siete  los juegos de ficción se convertirán en interpretados con la colaboración de otros niños/as.

A partir de los siete años aparecen los juegos de reglas, tienen un importante componente motor (correr, saltar, desplazar una pelota, etc.) y toleran una representación colectiva del significado de sus acciones. Permitirá  incorporar al juego nuevas normas, al mismo tiempo que incorporarse al juego de los otros compañeros. De hecho el propio lenguaje infantil señala la contraposición que espontáneamente realizan los pequeños/as entre los juegos simbólicos y los de reglas.

Y por último hablamos de los juegos de construcción, no tienen una edad determinada pues varían en función de sus intereses lúdicos. Podemos observar que en los juegos motores (meter y sacar objetos), de ficción (construir castillos) van apareciendo constantemente.

Sin perder buena parte de la capacidad creativa del juego, al realizar este tipo de construcciones tan reales, el niño se adentra en el trabajo.

Sigamos hablando sobre la diferencia y semejanza entre trabajo y juego infantil ¿Es lo mismo? ¿Podemos englobar los dos conceptos dentro de uno mismo? Para unos, el juego es una actividad espontánea del niño, que no hay que interrumpir bajo ningún concepto. La tarea del profesor consiste simplemente en introducir poco a poco objetos que puedan estimular el aprendizaje, por ejemplo montar piezas libremente, permitirá identificar a los animales y colocarlos en su entorno, montar formas geométricas, combinar letras, etc.

También se podrán practicar juegos individuales o por equipos, como los juegos de construcción, juegos de preguntas y respuestas, etc. todas esas actividades lúdicas se practicarán de forma rigurosa, respetando ciertas reglas, pero sin perder nunca de vista el principio del placer.

Por otro lado, existen opiniones diferentes, pues algunos pedagogos piensan que el juego debería de romper con la escuela. El autor Freinet pensaba que por medio de los juegos se esquivaba la realidad o como bien él decía, los “juegos de hachís” ya que se someten a reglas artificiales para conseguir satisfacciones facticias, pues lo que se conseguía por medio de la actividad lúdica era cultivar el lado más infantil del niño/a.

Sin embargo, promoviendo la correspondencia o el diario escolar, instalando una pequeña central eléctrica en un arroyo o un huerto de verdad en el jardín de la escuela podemos acercar a los pequeños/as a los verdaderos principios de la sociedad y el mundo. Aunque los partidarios de la pedagogía del juego piensan que por medio de esta actividad se pueden potenciar muchas más habilidades, como por ejemplo el cambio de roles, empatía entre los compañeros, solución de conflictos, podemos verlo como otra forma de aprendizaje y no cómo un juego que no busca una finalidad, pues por medio de la actividad lúdica podemos llegar mucho más allá en el conocimiento de los pequeños/as para que puedan conseguir todos los logros que se propongan.

Como conclusión final, en este artículo podemos conocer un poco todo lo que engloba el concepto de juego, pues es muy amplio y aunque existe una gran mayoría de personas que no apoyen el juego como una actividad lúdica donde se aprende y se desarrollan numerosas capacidades, debemos de ser realistas con los elementos que nos aporta “el jugar” y los beneficios enormes que nos enriquecen.

Como educadora de educación infantil, pienso, creo y afirmo que el juego va a estar presente dentro de mi aula en todas las ocasiones pertinentes, pues opino que es una forma diferente de aprender y asumir soluciones y problemas que se nos presenta dentro de nuestra aula. Para ello contaré con toda la información posible para hacer de mis pequeños/as personas enormemente grandes de mente.

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